Durante el régimen militar de Juan Velasco Alvarado aplaudió las reformas revolucionarias como la entrega de la tierra a los campesinos, la participación de los trabajadores en la gestión y propiedad de las empresas, el rescate de las riquezas naturales y la política nacional independiente. En varias oportunidades calificó al régimen de audaz e imaginativo en las reformas económicas y sociales; pero mostró su desacuerdo con el gobierno tras el cierre de diversos medios de comunicación, diciendo que este padecía de síntomas de autoritarismo. A partir de 1976 manifestó su distancia con el gobierno militar, criticando las acciones en contra de la libertad de expresión.Como presidente del PEN Internacional, organización mundial de escritores, el 22 de octubre de 1976 envió una carta al dictador argentino Jorge Rafael Videla denunciando que fuerzas oficiales y comandos armados vestidos de civil han perseguido intelectuales, secuestrándolos en sus casas y luego asesinándolos, torturándolos o haciendo desaparecer sin que se tengan noticias de su paradero.
En la década de 1980, Vargas Llosa se volvió políticamente activo y causó sorpresa por sus posiciones liberales, ya que la intelectualidad de la época se caracterizaba por su perfil izquierdista.
En 1983 fue nombrado por el entonces presidente del Perú, Fernando Belaúnde Terry, al frente de la Comisión Investigadora del Caso Uchuraccay, cuya misión era aclarar el asesinato de ocho periodistas que habían viajado a la aldea para dilucidar anteriores masacres en Huaychao, en las que sospechaban que podían estar involucrados elementos de las Fuerzas Armadas.Después de las elecciones, se instaló en Madrid. El gobierno de Alberto Fujimoriamenazó con quitarle la nacionalidad peruana, por lo que para evitar convertirse en una pátrida, a petición del escritor, el Gobierno español le concedió la ciudadanía española en 1993, sin que tuviera que renunciar a la peruana gracias al convenio de doble nacionalidad vigente entre ambos países.En las elecciones generales de abril de 2011, votó en favor de Alejandro Toledo (expresidente en 2001-2006) y al conocerse que Keiko Fujimori y Ollanta Humala serían quienes definirían la presidencia del Perú en una segunda vuelta, declaró que respaldaría a este último para impedir el «retorno de la dictadura que gobernó el país en la década de los noventa», en clara alusión a la candidatura de la hija de Alberto Fujimori.A menos de una semana de la votación, Vargas Llosa rompió relaciones con El Comercio, periódico que publicaba su columna Piedra de Toque, por considerar que este se había convertido «en una máquina propagandística de Keiko Fujimori que, en su afán de impedir por todos los medios la victoria de Ollanta Humala, viola a diario las más elementales nociones de la objetividad y de la ética periodísticas»
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